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SU HISTORIA

La parte más antigua del templo se remonta a los años finales del siglo XV y a los iniciales del XVI y está construida en el estilo denominado gótico perlado o isabelino, de la época de los Reyes Católicos, del que tenemos tantas muestras en la provincia. De este momento son la portada de entrada al atrio, la torre, el arco que une naves y crucero en la zona norte y la cabecera de la iglesia.


portadaLa portada, muy similar a la de la parroquia de San Juan Bautista de Ávila o la de la iglesia vieja de Cebreros, consta de un arco de medio punto con arquivoltas perladas, rematado por pináculos y una cruz. La cabecera del templo, en la que se halla el presbiterio delata su estilo gótico por su forma poligonal enmarcada por contrafuertes y culminado por una bóveda de media naranja.


torreLa torre, tipo campanil, de unos 20 m de altura fue diseñada por Pedro Hermosa en 1522 y fue realizada por los canteros Juancho de Mendiguna y Juan de Arana. Se halla separada de la cabecera de la Iglesia, lo cual resulta sorprende, ya que se debieron construir al unísono. Se conserva , también, de aquel edificio un arco de medio punto que sirvió de arranque a otro arco transversal. En la parte norte del crucero hoy puede observarse sólo una parte, disimulada por la cal.


transeptoSe produce a mediados del siglo XVI el primer cambio de estilo en la obra. Va a dar lugar a la parte más llamativa y elegante de nuestro templo: la construcción herreriana. Es un espacio grandioso, de unos 300, de superficie y 16 m de altura, construido con una magnífica sillería de granito y copado por tres bóvedas vaídas con decoración avenerada. La central, circular y mayor que las laterales, está sostenida por cuatro grandes pilares. Las laterales, ovaladas, descansan en columnas adosadas a la pared.

bóveda sacristíaDe los mismos años es la sacristía, culminada por una bella bóveda de terceletes. Tiene, además, la sacristía de la parroquia. En los años de la postguerra fue utilizada como dentro de Acción Católica y, actualmente , se está utilizando como trastero.

 


estilo herrerianoLa voz popular atribuye esta edificación a Juan de Herrera o a alguno de sus discípulos que trabajaron en los mismo años en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y en otras iglesias de la zona. Este dato ha sido transmitido bajo el amparo de la desaparición de los libros de fábrica de la iglesia durante la Guerra Civil. Además, en conjunto es ésta una bella y nítida muestra del estilo herreriano o escurialense, tanto por la desnudez decorativa y el rigor geométrico, como por la simplicidad y viveza de las impostas que recorren sus muros; lo cual parecería apoyar la anterior hipótesis, que, no obstante, es tan atrevida como falsa.

 

 


Podemos afirmar de manera definitiva que el diseño de la parte herreriana de nuestro templo correspondió al toledano “arquitecto real” Alonso de Covarrubias, tal como se desprende de una nota de pago “Mas se reciben en cuenta seis ducados que pagó a Alonso de Covarrubias, vecino de Toledo, porque vino a dar traza de las capillas, y a elegir lo que se había de hacer, como pareció según carta de pago”. En 1550 estaba ya construyéndose la capilla mayor de la Iglesia en la que trabajaron los maestros de “cantería y arquitectura” Juan Pardo de Plasencia, Juan de Mondragón y Juan López de Urquica, siendo cura por aquellos años Don Gregorio de Fredilla. El mencionado, Juan de Plasencia, trajo consigo un equipo de canteros para cortar los sillares. Entre otros se nombran a Diego de Bernal que trabajó en la sacristía y a un tal Gaíl. El acarreo de las piedras fue pagado a Juan Parro y Yago Gordo “el viejo”, vecinos de San Bartolomé.


cubierta maderaDe la fecha de conclusión de la fábrica herreriana poseemos alguna noticia más. Sabemos que en el año 1582 se estaba realizando ya el tejado de la capilla mayor. En este año el obispo de Ávila  D. Pedro Fernández Temiño realiza una petición al municipio de Ávila, merced a sus buenas relaciones. En la solicitud pedía 450 pinos para las casas episcopales, 300 para el monasterio de Santa Ana y otras instituciones eclesiales y sanitarias y 100 para “la capilla principal de la Yglesia de San Bartolomé de Pinares, que al presente se face”.


vista desde altarEn el año 1607 esta parte se había terminado, según reza en una autorización para ultimar cuentas.  Como siempre quedan la decoración y los últimos retoques, entre ellos las vidrieras de los ventanales, que se colocarían después de 1618.
Posteriormente , la interrupción y el quebranto. La obra quedará parada durante casi un siglo. De ello son testigos los tejadillos de madera que preceden a las naves, las desdentadas pareces que no tuvieron la continuidad que pedían, la pobreza sin paliativos del resto del templo. Desconocemos los motivos. La voz popular, orgullosa, atribuye la discontinuidad de la obra a la marcha del arquitecto. Desde una perspectiva más realista bien se puede pensar en motivos de tipo económico.vista general
En 1698 se reanuda la obra con la construcción del enorme arco de ladrillo y cal, aunque la pintura posterior simulara granito, que une la nave central al crucero. Más tarde se abrirán los arcos laterales que , probablemente, en los años anteriores fueron utilizados como puertas de acceso desde la calle.


Se continuó edificando el cuerpo de las naves, inferior en altura a la fábrica herreriana, aunque de una planta de 450m. En conjunto constituye un templo sencillos del barroco popular del siglo XVIII. Los amplios muros están formados por dos lienzos, uno de sillería al exterior y otro de mampostería  al innave lateralterior recubierto de barro y cal, probablemente para proteger del frio y dar luminosidad a este espacio, que por otra parte solo tiene tres pequeñas ventanas. Seis columnas de madera sostienen una amplia techumbre, también en madera de pino, sin decoración alguna.
Dos entradas se abren en la zona de las naves, una en el lienzo sur y otra en el norte. Ambas son de arco de medio punto con elegantes jambas. Por la inscripción de la clave del arco de la portada principal, al norte, sabemos con exactitud la fecha de terminación de la obra. Fue en el año 1754.
Mención especial en este lugar merece D. Manuel Fernández, párroco, que consiguió, gracias a su dedicación, ver terminado el templo. En 1753 cierra por fin las cuentas de la última obra, Se terminaron los muros, se fortificaron las puertas y se culminó la techumbre. Se encargó de labrar la madera el carpintero Esteban Álvarez Gallego, y la obra fue reconocida por el arquitecto abulense Manuel Ferranz.

 






Bibliografia:

San Bartolomé de Pinares. Memoria y prospectiva. Diego Martín Peñas, Alberto Sáez Gordo y Francisco Javier Luis Jiménez. Institución Gran Duque de Alba. Ávila, 1997.

Fotografías de Iván García


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