ELOY GONZALO, HEROE CASCORRO

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Eloy Gonzalo nació en el año 1876, siendo abandonado por su madre en el torno de la Inclusa de Madrid la noche del 1 de diciembre, a los pocos días de nacer, envuelto en una blusa, y con una nota en la que se leía el nombre y apellidos del abandonado: Eloy Gonzalo García.
Al quinto día de su estancia en la Inclusa, un matrimonio sin hijos, en aquel momento, de San Bartolomé, le toma en adopción, Eran sus padres adoptivos: Francisco Díaz natural y vecino de San Bartolomé, de profesión Guardia Civil, noble actividad que compatibiliza con la de zapatero; y Braulia Miguel, mujer de tiernos sentimientos, madre natural de cinco hijas y también de un hijo, finalmente.


Inmediatamente sus padres adoptivos, trasladaron a Eloy a vivir a su casa de San Bartolomé, sita en la calle que hoy lleva su nombre en el pueblo, calle de Eloy Gonzalo.


Pasados tres años, el padre adoptivo recibe orden de traslado en la Guardia Civil a Robledo de Chavela, en la provincia de Madrid, y toda la familia marcha con él. Poco después vendrá su segundo traslado, esta vez  a la localidad de Chapinería que marcó una profunda huella en la vida de nuestro héroe nacional. Esto fue a la edad de cinco años.
Al tiempo,  la madre, Braulia, comienza a sufrir dolencias de riñón, cólicos nefríticos; el padre, Francisco, llega a la edad de jubilación, y al pasar a tal situación la situación económica de la familia empeora notablemente; ya ni siquiera tienen vivienda en las casas-cuartel de Chapinería. Ante tan adversas circunstancias el padre decidió que la familia tendría que volver a la tierra que a él le vio nace, San Bartolomé de Pinares, en la provincia de Ávila.


La familia ya estaba compuesta en esta segunda vuelta a San Bartolomé por: padre, madre, cinco hijas naturales, un hijo natural y un hijo adoptivo.


Aproximadamente estuvo entre los dieciséis y los dieciocho años Eloy en esta segunda estancia.
En esta época murió su madre , y su padre pasó a ser un viudo desconsolado, que con seis hijos naturales, entre los que ya había un varón, no dudó ni un sólo momento en hacer muy difícil al vida a nuestro “héroe de Cascorro”.


Cansado ya de los problemas y de la mala vida que le daba su padre adoptivo, decidió volver de nuevo a Chapinería, un pueblo donde había recibido mucho afecto. Allí ejerció los oficios de pastor y labrador.
Cansado de guardar el ganado ajeno, decidió servir a la Patria como soldado español, alistándose voluntario al cumplir la edad de veintiún años. Se incorpora al servicio militar al regimiento de Dragones de Lusitania. A los tres meses de su incorporación asciende a la graduación de Cabo, siendo muy apreciado entre sus compañeros, subordinados y superiores.


Presenta instancia para acceder al Cuerpo de Carabineros, siendo aceptada la misma y siendo trasladado a Málaga.


En 1894 se inicia procedimiento de instrucción contra él por desobediencia y embriaguez, parece que descubrió que su novia, cuya boda estaba próxima pues había solicitado el pertinente permiso militar para contraer matrimonio, le era infiel con su teniente, al que amenazó con un arma; el Consejo de Guerra le condena el 25 de Abril de aquel año a 12 años y un día de prisión militar mayor y accesorias de terminar el resto de su periodo militar en Cuerpo Disciplinario, ingresando en el Presidio Militar de Valladolid.
No viendo otra salida, decide de nuevo servir a la Patria como Soldado. Marchó a la última Guerra de Cuba, donde realizó el acto heroico que le dio tanta fama, y que le hizo acreedor en 1940 del acuerdo de la Corporación Municipal de San Bartolomé de Pinares de erigirle una estatua en su nombre, sobre el pedestal de una fuente pública. Esta estatua suplió a una antigua estatua de la República situada frente a la Casa del Consistorio. Del mismo modo la Corporación decidió dar su nombre a una de las principales calles de la localidad.soldados


Gonzalo obtuvo su merecida fama de valiente y tenaz Soldado español cuando los insurrectos que se habían refugiado en unas viviendas que les servían de fortificación, fueron sorprendidos por la hazaña de este héroe.


Eloy Gonzalo, viendo que el Jefe de los “Mambises”, Máximo Gómez, pretendía torturar a los más de doscientos españoles destacados en Cuba en una calamitosa situación que se había extendido durante más de catorce días, solicitó permiso a sus superiores, concretamente, a su Capitán, Don Francisco Neila y Ciria, para encaminarse hacia las casas habitadas por el enemigo y quemar el fuerte de los contrarios. El Oficial del Ejército Español le hizo reflexionar, señalándole que sortearían el que debía sitiar al enemigo, prendiendo fuego.

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Situacion de la localidad de Cascorro en Cuba


El valeroso Soldado, Eloy Gonzalo, señaló que él sería el que pondría en práctica la idea, y que no era necesario sorteo alguno. Para ello pidió que se le atara con una cuerda, y si acaso mataran los insurrectos, le arrastrarían sus compañeros para ser enterrado en el lugar donde estaban acampados los españoles. Con esta condición aceptada por sus superiores, se le concedió la autorización para prender fuego al sitio del enemigo.


Llegado el anochecer de aquel primer domingo de octubre, provisto de petróleo, cerillas, un palo de madera y algún trozo de tela usada; atado a una cuerda tal y como él mismo había pedido, se dirigió al lugar que ocupaban los insurrectos, exponiendo su vida sin ningún temor, a pesar de las barreras de fuego que los insurrectos habían creado. Prendió fuego al deposito de petróleo que llevaba consigo, incendiando de esta forma aquella fortificación que el enemigo tenía como refugio, con lo que les obligó a salir de allí y huir de aquel puñado de españoles.


Las balas del enemigo no le hirieron y pudo volver Eloy junto a los españoles allí destinados, recibiendo numerosas muestras de afecto incluso, se dice que el propio capitán, allí mismo le hizo entrega de la Cruz de San Fernando.


En esa última campaña cubana de 1897 y en aquel mismo lugar el héroe de Cascorro parecía decidir su destino. Aquel hombre de alta estatura, delgado, con barba que le cubría el mentón y bigote, moriría ese mismo año de 1897 en Matanzas, provincia situada en Cuba, lindante con el Mar de las Antillas y con el canal de Florida.
En Madrid se levantó una estatua al héroe de Cascorro obra de Marinas, que se encuentra emplazada en la antigua ribera de los Curtidores, monumento que conmemora su hazaña en la capital de España.


Hoy Cascorro da nombre, no sólo a ese barrio de Camaguey, donde Eloy hizo su hazaña, a ese río cubano en la aldea que lleva su nombre, a esa loma que hay al Este del núcleo rural del mismo nombre, sino también a la biografía de un hombre que derramó hasta la última gota de su sangre por España.

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Bibliografia:

San Bartolomé de Pinares. Memoria y prospectiva. Diego Martín Peñas, Alberto Sáez Gordo y Francisco Javier Luis Jiménez. Institución Gran Duque de Alba. Ávila, 1997.

Fotografías de Iván García


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